domingo, 21 de marzo de 2010

De domingo a lunes (sobre gays y geynas)

Ayer viendo La Noria, mi espacia favorito de los sábados, me enteré que si se mueren en un accidente (pongamos de barco) 20 Borobones de tirón, Dado Lequio sería rey de España. Lo que no me queda muy claro es que pasaría si se muriera también 'el Pollón real'. ¿La corona sería para Álex o para Clemente?

El Bulli está en boca de todos. Ese negocio próspero donde te quitan la vida por un sorbito de esencia de cuesco, chapa hasta mejor ver. No me queda muy claro si es para investigar o para recaudar fondos. Ayer me contaban que un grupo de extremeños se dijeron a sí mismos... ¡¡qué cojones, sólo se vive una vez!!

Tras sentarse y dejar los abrigos en el perchero (creo que eso es gratis) una camarera muy fina les preguntó por el tema de la bebida. Primer contratiempo. La carta de vinos viene sin precio. Pinto, pinto, gorgoritos, saca la mano que te toco el pijo.

- ¡¡Esta!! - espetó uno de nuestros queridos extremeños. - Excelente elección - respondió con cordialidad el servicio. Al rato, esa botella de precio desconocido afronta sus últimos sorbos. La camarera se percata de tal circunstancia y les propone a los comensales otra botella para amenizar la velada. Al ser positiva la respuesta, el mismísimo Ferrán Adrià no le queda más remedio que abandonar su cámara de crionización y salir al ruedo a saludar botella en mano al personal. - Despreocupense, mis queridos extremeños, están invitados a la cena, abonen el vino y todos tan amigos..

Factura final: 12.000 €. Precio de cada botella: 6.000 €. Valoración del sabor, textura y cuerpo del vino: "Sabía a calimocho de botellón".

Una pena que no me dejen contar una historia muy graciosa entre una mierda y una bolsa de plástico. Una pena.

No hay comentarios: