lunes, 5 de mayo de 2008

Ya llega el verano, ya llega la fruta, el que no se agache es un...

Pues si amigos. Ya llega el verano y las terribles ampollas ya empiezan a hacer acto de presencia por llevar esos elegantes calcetines invernales de rombo. Todos los días cuando salgo de mi ex trabajo (el día 20 de mayo dejaré de ser traductor) me paro en un escaparate donde contemplo unos bellos naúticos que tienen el precio de 35 euros.



Estoy plenamento convencido de que esta compra me reportará infinitas críticas hacia mi estilismo (cuando tenía cinco años iba tan panchi por el paseo marítimo de Mazarrón con unos de estos y un polo de Fred Perry la mar de chulo). Pero creo que mis pies necesitan un dueño con personalidad y que mejor forma de ir a casa de tus tíos que con unos náuticos. Antes de tener los pies como unos zorros, creo que marcaré un poco de tendencia (ya en su día se rieron de mí por llevar rebeca y ahora ya las venden hasta en el Pull and Bear).

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